¿Y si Trump tiene un plan?

Buscando señales en el ruido y de paso una breve historia del orden monetario internacional.

¿Y si Trump tiene un plan?
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All wisdom is not new wisdom, and the past should be studied if the future is to be successfully encountered.

– Winston Churchill, “Post-War Planning” (1943), Complete Speeches VII.

Los aranceles al comercio fueron el tema de la semana, para los opinólogos profesionales es en gran medida absurdo y, aunque sea difícil de creer, es posible que Trump tenga un plan para transformar profundamente el sistema monetario y comercial que USA misma creó. Hay antecedentes: en 1944 con el sistema de Bretton Woods y en la década de los 80 con las políticas "neoliberales" de Reagan.

Esta es una interpretación posible de los hechos en medio de todo el ruido de las noticias. Como siempre, me reservo el derecho de cambiar de opinión.

Nuestro punto de partida es la innegable desindustrialización de USA: en los años 50 la manufactura representaba el 28% de la producción total nominal, pero hoy sólo el 10%, y esto es un problema por dos motivos. Primero, el poder industrial de USA está muy por detrás de otras potencias, particularmente de China, y esto es una desventaja notable en caso de un conflicto bélico. Segundo, la desindustrialización golpeó fuerte con un deterioro de calidad de vida a regiones enteras de USA, muchas de las cuales votaron a Trump.

Si bien hay interpretaciones alternativas de estas variaciones y también es necesario poner en contexto de los datos de productividad, automatización y otros avances, lo cierto es que la capacidad industrial de USA está rezagada con respecto a otras potencias. Un ejemplo simple es porqué no se van a producir iPhones en USA.

La consecuencia más preocupante de la desindustrialización es el problema de seguridad nacional: los conflictos bélicos se previenen y se ganan como combinación de muchos factores, pero la base elemental es la capacidad de producir no sólo armas sino también cosas básicas como comida y enseres domésticos.

Si bien no conocemos su origen exacto, la vieja frase "la Segunda Guerra Mundial ganaron los Aliados con inteligencia británica, acero americano y sangre rusa" tiene una gran dosis de verdad. Y los que pusieron el acero dictaron la política monetaria del mundo desde entonces.

Breve historia del orden global liderado por USA

El sistema Bretton Woods surge en 1944 y fue el primer orden monetario completamente negociado (i.e. no "espontáneo") con el fin de regir las relaciones monetarias entre estados independientes.

USA les puso tres condiciones a sus aliados en la Segunda Guerra Mundial: fijar el valor de su moneda con relación al dólar americano (que a su vez estaba anclada al oro), depender de USA para protección militar y recibir ayuda para que sus industrias sean competitivas.

En apariencia, era un gran beneficio para los aliados y USA ganaba poco. Pero en realidad le daba tres ventajas importantes: aliados leales en la lucha contra el comunismo, mercados de exportación para sus industrias y, por sobre todo, el establecimiento del dólar americano como moneda de reserva mundial.

La moneda de reserva en un sistema monetario es aquella que los países demandan con dos propósitos principales: el comercio internacional y gestionar el valor de su moneda nacional. Como emisor de la moneda de reserva global, USA pasó de ser un país acreedor a un país deudor.

Para satisfacer de alguna manera la demanda de dólares, USA tuvo un inevitable déficit comercial, importando más de lo que exportaba, al pagar sus importaciones con dólares, estos se "fugaban" hacia el exterior para acabar una parte en los cofres de bancos centrales como reserva. Formalmente, los economistas llaman a esta contradicción entre objetivos domésticos y objetivos internacionales a largo plazo "el dilema de Triffin".

A medida que crecía la economía mundial aumentaba la necesidad de dólares mientras que la cantidad de oro permanecía estable. Remember: las monedas nacionales estaban ligadas al dólar y éste al oro, o sea que nadie podía alegremente emitir papel moneda según el deseo de su corazón, sus prioridades políticas o sus necesidades razonables sin límites estrictos.

Para 1959 la cantidad de dólares en circulación ya sobrepasaba a la cantidad de oro que USA tenía en sus cofres respaldando a su moneda. Hay varias razones, pero las principales son el incremento de gasto militar de USA (estamos en medio de la Guerra Fría), el Plan Marshal para reconstruir Europa y el rápido aumento del consumo doméstico.

Como todo control de precios, la convertibilidad del dólar a una cantidad fija de oro generó grandes desequilibrios entre oferta y demanda. Luego de muchas idas y venidas, en 1971 el presidente Nixon suspende la convertibidad del dólar a oro, a lo que sigue un periodo turbulento en la economía mundial.

Fast forward hasta la década de los ochenta. Sigue lo que ahora llamamos "orden neoliberal": aranceles más bajos, menos barreras a la inversión, tipos de cambio flexibles y garantías de seguridad por parte de USA. En la práctica, las naciones "amigas" tenían un fuerte incentivo para acumular dólares exportando a USA e importando menos.

Esta situación acentuó y profundizó el "privilegio exorbitante" de USA como país emisor de la moneda de reserva global. Un dólar fuerte permitió a USA tener, al mismo tiempo, un elevado gasto militar y un alto ingreso per capita. Pero también encareció la manufactura en USA provocando la fuga de empleos, lo cual se aceleró tras la entrada de China en la Organización Mundial de Comercio en 2001.

Este es el background clave de hoy: USA es la economía más grande del mundo, con más de 26% del total global, pero con capacidad industrial notablemente detrás de otras potencias, lo cual es una desventaja estratégica y un problema de seguridad nacional.

Dos puntos a considerar también para el escenario de hoy: la desindustrialización aceleró la desigualdad social en USA y colaboró para que Trump sea electo en 2016; por otro lado, Biden intentó subsidiar a industrias nacionales, pero realmente no tuvo mayor impacto que incrementar el ya gigantesco déficit fiscal.

El plan monetario MAGA

Si realmente Trump tiene un plan, su intento de establecer un nuevo orden monetario podría tomar al menos tres etapas:

  1. Golpe arancelario (etapa actual): aplica aranceles altos a enemigos y amigos por igual para generar espacio de negociación con una posición fuerte. También muestra que va en serio, ya que no le importa los vaivenes financieros en mercados de valores ni la inestabilidad económica temporal.
  2. Aranceles recíprocos: según anunció Trump, ahora los aranceles están diseñados para un sistema comercial internacional con énfasis en la seguridad, el estado de derecho y la estabilidad, no la supresión salarial, la manipulación monetaria, el robo de propiedad intelectual y la regulación excesiva. Esto debería nivelar el terreno de juego, a diferencia de la primera guerra comercial donde China simplemente aumentó sus propios aranceles.
  3. Los "acuerdos de Mar-a-Lago" (bautizados hipotéticamente en la prensa por el club de Florida): formalmente acordar con naciones amigas la devaluación del dólar para hacer más competitiva a la industria norteamericana y además mantener el estatus de moneda de reserva. Esto resultaría en un sistema monetario global similar en muchas cosas al de Bretton Woods, pero sin el vínculo con el oro.

En la práctica, las naciones amigas vincularían sus monedas al USD con el compromiso de apreciar sus monedas nacionales cuando el dólar se fortalezca mucho y a cambio obtendrían un mayor acceso al mayor mercado nacional del mundo, protección militar y posiblemente privilegios en la gestión de sus reservas monetarias. Quizá hasta Trump considere cobrarles de alguna manera por estos privilegios.

Si suficientes países se suman al “acuerdo Mar-a-Lago”, Trump podría tener su dólar más débil mientras mantiene su estatus de moneda de reserva, esto ayudaría a reindustrializar USA hasta cierto punto. Para fomentar el compromiso de países amigos el trato debe ser lo suficientemente atractivo.

Por otro lado, pensando como cualquier “país amigo” de USA: comprometerte a aumentar el valor de tu moneda frente al dólar y depender más aún de la protección militar de USA, inclusive pagando por ella, te convierte esencialmente en un estado vasallo. Esto requiere una enorme confianza, un cierto capital intangible que resulta de la previsibilidad y, sobre todo, de la credibilidad. USA disponía de todo eso cuando logró el acuerdo de Bretton Woods y el acuerdo Plaza (firmado en el hotel de NY de ese nombre en 1985).

Pero estará difícil. Para comenzar, cuesta construir credibilidad como estado si rompés los acuerdos que vos mismo estableciste. También cuesta atraer socios si amenazás a tus aliados históricos y más cercanos.

Si nadie se une, o no se unen los que de verdad importan, USA tendrá que aceptar el costo histórico de que el USD sea la moneda de reserva y depender cada vez más de la capacidad industrial de otros estados.

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